Prometeo En el barro esculpí a la Humanidad Dándole al primer hombre su existencia, Y logré asegurar su preeminencia En un mundo de fiera hostilidad. Rompí las reglas por necesidad (todo es común en caso de emergencia), y acepté, aún siendo injusta, la sentencia que hirió mi cuerpo, no mi dignidad. Prendí mi antorcha en el sagrado fuego Del sol, y se lo traje a los mortales Pagando mi bondad con mi agonía. Quizá quebré las leyes, no lo niego; Pero fue por seguir los ideales Del corazón, no de la letra fría. Los Angeles , 24 de Agosto de 1997
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